Insomnio: bendito sea el buen sueño

Dormir bien es esencial para la salud, ya que mientras dormimos se producen una serie de modificaciones y funciones cerebrales esenciales para la vida y la salud, tales como el desarrollo de las funciones cognitivas, la concentración, la atención, la memoria y la función inmunológica. Si el buen sueño no es tu caso, en esta nota te contamos a qué se debe el insomnio y por qué debés evitar automedicarte.

En primer lugar, es preciso prestarle atención a la cantidad y calidad de horas que le dedicamos al sueño. Dormir no es un simple placer o una pérdida de tiempo, dormir es un requerimiento de la naturaleza. Modificar este requerimiento conlleva a alterar nuestra calidad de vida. Es por eso que las alteraciones del sueño ocupan un lugar importantísimo en la práctica cotidiana de la medicina.

Para tomar conciencia de la importancia biológica de dormir basta considerar que dormimos aproximadamente ocho horas diarias y en consecuencia una persona de 60 años ha dormido cerca de 20 años de su vida.

Pero es importante resaltar que la mayoría de las personas tienen un concepto erróneo del “insomnio”. Cuando la gente dice “tengo insomnio” y luego se atiende en un consultorio médico, ven que no siempre se cumple su autodiagnóstico. Por eso es importante no autodiagnosticarse y más aún no automedicarse.

Las alteraciones en el sueño no siempre son insomnio, por ejemplo lo que llamamos apnea del sueño, un trastorno en el cual el paciente al dormir realiza una breve pausa en su respiración seguida por un ronquido fuerte. En este caso, simplemente se trata de una obstrucción en las vías respiratorias que impide que el aire pase. Esto puede despertar al paciente e impedir que descanse bien pero no necesariamente es insomnio.

Entendemos médicamente por insomnio a aquella circunstancia en la cual el paciente tiene sueño y queriendo dormir no puede concretar su objetivo, es decir no logra conciliar el sueño.

¿Cuáles pueden ser las causas?

Las causas de insomnio suelen estar relacionadas al estrés, a la ansiedad, a las alteraciones del ritmo de vida, a cambios en el horario habitual del sueño, pero también hay casos asociados a algunas enfermedades, o a la utilización de algunos medicamentos.
Estas dos últimas causas afectan a nivel biológico. Sea cual sea el motivo, el tratamiento recetado por el medico variará según el paciente. La receta médica incluye un fármaco, un tratamiento terapéutico, una revisión consiente de hábitos meditados dentro del consultorio, y un tratamiento con abordaje médico multidisciplinario.

Cualquiera sea el caso, es únicamente dentro del consultorio médico donde se encausan las particularidades de cada persona como paciente. Por eso recomendamos acudir a su médico de cabecera para intentar identificar el motivo por el cual no puede dormir las horas que su organismo necesita.

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