Querés comunicarte mejor

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Cada individuo utiliza en su comunicación diaria un número de palabras habituales, lo que conforma su vocabulario personal. Los entendidos no se ponen de acuerdo sobre el número de palabras que se utilizan, pero puede servir de referencia que al aprender una nueva lengua algunos métodos hablan de 1000 términos como cantidad mínima imprescindible para una comunicación satisfactoria. Lo que está claro es que cuanto mayor sea el número de vocablos que utilicemos, mayor será nuestra capacidad para comunicarnos.

El lenguaje tiene una clasificación compleja de palabras: verbos, nombres, artículos, preposiciones, adverbios, etc. Por otra parte, cada día aparecen nuevas ideas y tendencias que se convierten en palabras. Y así sucede en todos los idiomas. El vocabulario no es algo fijo y estático, puesto que se va renovando y ampliando constantemente. Un buen ejemplo sería la jerga juvenil, es decir, las palabras que cada generación de jóvenes inventa para referirse a las cosas. Algunas permanecen, pero la mayoría desaparecen, al tratarse de modas o tendencias pasajeras.

Cada ámbito de la realidad, cada profesión o actividad tiene su propio vocabulario. Se puede hablar o escribir con términos corrientes o especializados. Es lo que sucede cuando vamos al médico y le pedimos que nos explique nuestra dolencia con palabras sencillas, con un vocabulario asequible y fácil de entender.

Hay vocablos universales. Serían las palabras que se pueden traducir de una lengua a otra. En este caso no existe ninguna dificultad a la hora de su traducción. Sin embargo, hay palabras muy específicas que pertenecen a una localidad determinada, a un pueblo concreto. En este contexto, el significado de esas palabras específicas es intraducible o, en el mejor de los casos, tienen una dificultad especial para ser comprendidas en otro idioma.

El vocabulario de una lengua está recogido en los diccionarios por riguroso orden alfabético y cada palabra tiene normalmente un significado, aunque en muchas ocasiones hay varios significados en una sola palabra. Nos referimos a las acepciones. Y cada una de ellas aporta un matiz distinto al sentido real del término.

Utilizar un vocabulario amplio y de manera precisa es una buena receta para la vida diaria. No se trata de saber palabras como si las coleccionáramos. Es algo más sencillo: el vocabulario es la gran herramienta de la comunicación para enfrentarnos con la vida.

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Intentá incoporar todos los días una palabra nueva y esforzarte por hablar de la manera más correcta. Dejar de lado la vagancia verbal y no caer en frases que muchas veces son ambiguas o no conllevan el sentido estricto del mensaje que queremos emitir. El hablar bien es un ejercicio que se fortalece con el hábito de la lectura y con un buen diccionario. Y por supuesto, con un esfuerzo de tu parte. Aprendamos a comunicarnos bien, volvamos a las fuentes, recuperemos este hábito saludable de hacerse entender de la manera correcta.

Recordá que tenés online y gratis www.rae.es la página de la Real Academia Española.

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