Pequeños gestos, buenos hábitos

cambia el chip

Cada vez pasa con más frecuencia. Estamos tan conectados con todo el mundo que nos olvidamos del trato personal, del cara a cara, y de esas pequeñas cosas, como ayudar a los demás, que hacen que un día normal pueda convertirse en un gran día.

Queremos compartir con vos una serie de consejos o sugerencias para que mejoremos nuestro propio día a día y el de los demás:

  1. Usá siempre palabras mágicas (ejemplos: “Buen día”, “Por favor”, “Muchas gracias”, etc) para interrelacionarte con los demás.
  2. Proponete abrirle una puerta a alguien para que pase antes que vos, ya sea en la oficina, en el bar, en un edificio o en el ascensor.
  3. Si estás en el ascensor, saludá a todos a nivel general y preguntale a la persona que subió con vos a qué piso va así lo marcás en el tablero de comondo.
  4. Dejá subir primero a otras personas en el subte o en el tren. No intentes subir antes de que bajen los que están arriba: la materia es impenetrable, dos personas no pueden ocupar el mismo espacio, es algo físico.
  5. Cedé el asiento en el colectivo, tren o subte a alguien, no esperes a que te lo pida una embarazada o una persona mayor, se cordial, tus piernas son fuertes. Te hará feliz aunque al principio estés contando las cuadras para bajarte.
  6. Si te vas a hacer un café ofrécele a tus compañeros hacerles uno. Todo vuelvo, más que nada los lindos gestos. Si podés sorprenderlos con una galletita o algo rico, los harás felices por el detalle.
  7. Saludá siempre con una sonrisa a tus vecinos, pero no una sonrisa falsa, intentá verle el lado positivo a tu día.
  8. Hacé un llamado por día, sólo uno, de calidad y con tiempo. Relajate y escuchá a la otra persona, interesate por su día, por cómo está su vida. No podrás creer cómo te cambiará este pequeño hecho tu relación con tus seres queridos. Date tiempo. Son ellos los que te importan y no los mensajitos de whatsapp que comparten en el chat como “reenviado”.
  9. Usá tu lenguaje para expresarte con cordialidad, acostúmbrate a ampliar la cantidad de palabras que solés usar para hablar. Por ejemplo, si te atendieron bien en un bar, no le digas al camarero/a sólo: “Chau, muchas gracias”. Esforzate un poquito más para expresar tu agradecimiento, quizás con un: “Muchas gracias por lo bien que nos atendiste, la verdad es que nos hiciste sentir muy cómodos. Felicitalo al cocinero también, todo muy rico. Gracias.” ¿Te parece forzado? Si realmente lo sentís, está bueno que lo expreses.
  10. Por último, anímate a convertir en héroe, no en detractor o escrachador, sólo en un ciudadano de bien. Si ves que alguien estaciona en la bajada de discapacitados su auto, o tira un papel en la calle, o hace algo que no te gusta, hacéselo saber de la mejor manera posible, con total cortesía y educación. De a poco, los cambios verdaderos se van gestando entre todos con buena actitud.
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