TIEMPO DE CALIDAD EN LA CRIANZA

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El 50 % de los padres vive con culpa por no poder estar presentes en la crianza de sus hijos. Maritchu Seitún, psicológa y especialista en crianza, brinda algunos consejos para poder manejar estas cuestiones.

En los tiempos que corren, donde las exigencias y la inmediatez de las labores cotidianas cada vez son mayores, resulta difícil poder encontrar un equilibrio entre la calidad y la cantidad de tiempo compartido con nuestros hijos.

Según un estudio impulsado por Kimberly-Clark junto a la consultora Trendsity, el 50% de los hogares argentinos cree que los padres viven con mayor culpa que antes por no poder estar presentes en la crianza de sus hijos. En relación a esto, el 82% declara estar total o bastante presente con la familia, pero casi la mitad (el 48%) cree que la calidad del tiempo que pasa con sus hijos no compensa la cantidad que se necesita para estar más presentes como padres. Como resultado: la mitad de los encuestados vive con mayor culpa por no poder estar el tiempo que desearía con sus hijos, un porcentaje que crece entre las mujeres.

Calidad versus Cantidad

Cuantas veces escuchamos frases como: no se trata de la cantidad, sino de la calidad. Para Maritchu Seitún, psicóloga y especialista en crianza, esta teoría es “correcta y debe prevalecer por sobre todas las cosas. ¿A qué se refiere con esto? A dedicar un tiempo de disponibilidad total y exclusiva a todos y cada uno de nuestros hijos, por separado.”

En este contexto, la tecnología juega un papel importante pero ambiguo: si bien puede colaborar para poder estar más presentes en lo cotidiano, también es fuente de conflictos. En la crianza por ser una etapa donde la necesidad de presencia física y atención plena es mayor, puede ser un objeto de nuevas presiones y demandas. “Sabemos que el uso del celular está afectando la calidad de la presencia de los padres”, dice la psicóloga y recuerda: “hace poco escuché un chiste en el que le preguntaban a un chiquito que le gustaría ser si no fuera persona, y respondió: ‘un celular, así mi mamá me mira todo el tiempo, me lleva en sus manos, no se aleja de mi ni un minuto.’ Me pareció muy triste escuchar esto.”

De acuerdo al estudio citado anteriormente, la forma que encuentran los argentinos para estar más presentes es muy diversa:

  • 7 de cada 10 argentinos cree que estar presentes es compartir rutinas y trasmitir valores.
  • Para el 52 % es estar atentos a las necesidades, dedicar tiempo a escucharlos y poner límites con claridad (44%) son algunas de las formas de estar más presentes en el momento de la crianza.

Aunque la teoría de resaltar el tiempo de calidad vs. el de cantidad puede sonar un tanto difícil, la especialista dice que es posible y hace hincapié en ciertos consejos que se pueden tener en cuenta:

  • Dejar el teléfono, la computadora, las actividades de lado, por un rato, y demostrar a nuestros hijos que ellos son la prioridad.
  • Con 20 minutos o media hora, todos los días, alcanza. Ese tiempo compartido no se compensa con regalos o grandes salidas.
  • A veces, pasamos mucho tiempo con nuestros hijos sin realmente estar en el tiempo y en el espacio. Las comidas, los baños, las tareas, también suman.

Aprender a manejar las culpas

Para las madres, la tensión se genera en virtud de la búsqueda de realización personal en varios ámbitos. Según Seitún hay que hacerse responsable de las decisiones tomadas y comunicarlas: si opto por trabajar cierta cantidad de horas, me hago responsable de esa decisión. Lo mismo si la propuesta pasa por ir a tomar un café con amigas o salir. Lo más aconsejable, en este sentido, es hablar con los hijos sobre estos temas, entender su enojo o su reproche, y que descubran que mamá vuelve más contenta y con más ganas de estar con ellos.

Por otro lado, existen ciertas cuestiones relacionadas a nuestras culpas que forman parte de ciertos legados que recibimos de nuestras madres. Ellas siempre estaban en último lugar, se postergaban, hacían comida casera, no salían a trabajar, etc, explica y agrega: creo que debemos cambiar la idea de culpa por la de responsabilidad, como dice El Principito: somos responsables por lo que hemos domesticado.

Una manera práctica de sobrellevar esta cuestión se basa en encontrar la forma de compensar nuestras ausencias. ¿Qué podemos hacer al respecto?:

  • Pedirle a la abuela que pase de visita
  • Llamarlos por teléfono
  • Llegar algún día fijo por semana más temprano
  • Armar rituales que acorten la ausencia

Fuente: www.lanacion.com.ar

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