Sedentarismo: ¡Ganale al “no puedo”!

Sedentarismo

El sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. Es un fenómeno que se vio acentuado durante este año y medio de pandemia en la que muchas actividades que nos mantenían en movimiento se vieron canceladas. Es importante no ceder ante el sedentarismo y vencerlo antes de que sea demasiado tarde, ya que puede llegar a generarse un círculo vicioso muy peligroso para la salud y la autoestima de quien lo padece.

Puede que no te consideres una persona sedentaria, pero deberías identificar si algunas de estas conductas te definen o te suenan familiares, ya que son señales de alerta:

  • Evitar hacer tareas y ser consciente de ello
  • Encontrar excusas para no acabar lo planteado.
  • Negar deseos y sentimientos respecto a una meta u objetivo.
  • Tener sentimientos de inferioridad (comparándose con otras personas)

Como vemos, el sedentarismo es básicamente “hacerse daño a uno mismo”, como dijo Piers Steel, un profesor de Psicología Motivacional en la Universidad de Calgary. Por eso está tan ligado a la idea de baja autoestima o poco amor propio, cuestiones que hay que trabajar fuertemente para salir de esta situación.

El “no puedo hacerlo” es una de las frases más utilizadas por las personas sedentarias y no es otra cosa que un pensamiento que impide salir de ahí. Es hora de trabajar en la valoración que hacés de vos mismo/a para torcer la situación hacia una vida más saludable.

¿Cómo evitar el autosabotaje?

El primer paso es reconocer que estás utilizando estrategias inadecuadas que no te permiten correrte de esa quietud. Al identificarlas, estás tomando la responsabilidad y el control sobre la situación.

Luego, será momento de ponerse metas y objetivos cortos, alcanzables y simples y cambiar la actitud:

  • Creerlo posible: cuestionar las ideas limitantes y paralizantes y sustituirlas por creencias reales y positivas.
  • Motivarse ante el cambio: crear un plan de acción, llevar un registro de los avances o comentar tu experiencia con personas que pueden apoyarte y aconsejarte.
  • Tener paciencia: cada meta requiere trabajo y tiempo, las prisas facilitan la aparición de la frustración.
  • Esforzarse: nada es fácil. Ser consciente de esto te permitirá afrontar los retos con una actitud más positiva y eficaz.
  • Confiar: identificar tus habilidades para sostener una estabilidad y un bienestar con vos mismo/a.

Para cambiar las cosas, realmente debes hacer que las cosas cambien. Sin excusas. Enfocarte en el proceso y llegarás a dónde quieras estar, que sin dudas es ESTAR BIEN. ¡Fuerza, vos podés!

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