Una reconocida revista científica de Estados Unidos publicó un trabajo que respalda la eficacia de los tapabocas de tela para prevenir el contagio. Te contamos más en esta nota.
Debido a la alta demanda de tapabocas médicos por la pandemia del coronavirus, han surgido diferentes alternativas para reemplazarlos: máscaras plásticas, bufandas y pañuelos. Pero uno de los más usados es el tapabocas de tela. La revista científica ‘Annals of Internal Medicine‘ publicó una investigación que respalda que estos cubrebocas son muy útiles en la lucha contra el coronavirus.
Además, los científicos canadienses de la Universidad McMaster y el Hospital St. Joseph explican que estas mascarillas reducen la contaminación del aire y evitan que las gotas lleguen a las superficies. Por lo tanto, su uso es eficaz, pero solo si se hace junto al distanciamiento social y el correcto lavado de manos.
Reconocen que la tela no aisla a las partículas más pequeñas y morfológicamente completas e infecciosas del coronavirus. Sin embargo, como la mayor parte de la transmisión del virus se produce a través de partículas más grandes, como las gotas mientras las personas hablan, tosen o estornudan, algunos tipos de telas son efectivos.
“El punto no es que ninguna partícula pueda pasar a través de la tela, sino que muchas más se detienen y quedan atrapadas en la máscara. De esa manera, hay menos infección en el aire y se reduce el riesgo de que caigan a una superficie para luego ser recogidas por el tacto”, explican los autores.
LAS CAPAS SON IMPORTANTES
Los científicos advierten que los tapabocas deben usarse con cautela, ya que las capas son importantes, al igual que el material utilizado. El estudio describe que “la filtración para capas individuales de diferentes tipos de tela de algodón fue entre 43 y 94%, en comparación con el 98 % para la tela de máscaras médicas desechables”. Mientras que el uso de capas individuales de bufandas, sudaderas, camisetas y toallas como método de protección se asoció con una eficiencia del 10 al 40%.
De manera sorpresiva, la revisión demostró que los paños o trapos de cocina son los más eficaces para detener las partículas. “La eficiencia de filtración en experimentos fue del 83% con una capa y del 97% con dos capas, en comparación con el 96% para una máscara médica”, escriben.
En otros experimentos hechos con virus, los científicos encontraron que una capa de un trapo de cocina “tuvo un 72% de eficiencia, mientras que una capa de tela de camiseta 51%, en comparación con el 90% para una máscara médica”.
Según científicos canadienses, las máscaras o revestimientos faciales no médicos deben estar hechos de al menos dos capas de tela de tejido muy apretado, como algodón o lino.
La razón es que los materiales de punto, como el que se usa en la mayoría de las camisetas, no son tan efectivos debido a que son elásticos y permiten que se abran pequeños agujeros en el tejido. Es por eso que las telas tejidas se consideran más efectivas. Adicionalmente, los expertos consideran que las máscaras deben permitir una respiración fácil y ser lo suficientemente grandes como para cubrir completamente la nariz y la boca.
El viceministro de Salud de Canadá, Howard Njoo, dijo hace unas semanas que una manera simple de saber si su máscara es lo suficientemente gruesa es usar lo que llamó la “prueba de la ventana”. “Si sostiene el tapacobas a contraluz y no es translúcido, sino más bien opaco, la máscara hará su trabajo en un sentido general”, afirmó.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos también han reiterado que estos tapabocas de tela deben lavarse regularmente. La recomendación es lavarlos a diario a mano o en una lavadora, preferiblemente con jabón y agua caliente. Deben estar secos por completo antes de un nuevo uso.
Fuente consultada: Semana.com