El trastorno emocional que puede causar la muerte del perro es, en ocasiones, tan relevante como el que se siente al perder a un familiar cercano, según las conclusiones de un estudio realizado por el departamento de Psicología de la Universidad de Nuevo México, en Estados Unidos, y publicado en la revista científica Perspectives in Psychiatric Care. Una de cada tres personas reconoce haber experimentado sentimiento de dolor y congoja durante al menos los seis meses siguientes al fallecimiento de su mascota. Y en ocasiones el sufrimiento se prolonga aún más. Algunos sencillos consejos ayudan a encarar con mayor serenidad el momento de la despedida definitiva de nuestro amigo, una etapa inevitable en la relación con el perro.
No sólo no es extraño sufrir cuando la mascota fallece, sino que es lo habitual. Más del 85% de los dueños de perros admite haber padecido dolor tras la muerte de su perro, según una investigación realizada por la prestigiosa revista neoyorquina Family Process, una publicación dirigida por científicos, y especializada en el estudio de la familia.
“Para algunos dueños de perros, el fallecimiento de éste puede provocar un pesar tan profundo como el que produce la muerte de un miembro de su familia”, escribe la publicación acerca del sentimiento relacionado con la defunción de las mascotas.
Family Process aconseja, asimismo, ser paciente en caso de tener que pasar por esta experiencia, tan traumática en ocasiones, de forma especial si la muerte se produce de un modo inesperado: “si pierde a su perro en un accidente o a causa de una enfermedad, permítase expresar el dolor que siente, y dese el tiempo necesario para superar la pérdida”, dice la revista.
La muerte del perro: un dolor duradero
Por su parte, los investigadores del departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Hawai han llegado a la conclusión de que el dolor que produce la muerte de la mascota no sólo puede ser intenso, sino que en ocasiones es, además, muy duradero. Una de cada tres personas reconoce haberse sentido apenada por la pérdida de su perro durante al menos seis meses después del fallecimiento. La experiencia impactante que provoca en la mayoría de las personas el fallecimiento de su mascota se intensifica en ciertos dueños, traduciéndose incluso en un sentimiento de trauma. Al menos uno de cada diez entrevistados revela haber experimentado el fallecimiento de su mascota como un evento “severamente traumático”, según las averiguaciones realizadas por esta universidad.
GUÍA PARA ENCARAR SERENO LA MUERTE DEL PERRO
A continuación proponemos algunos consejos sencillos que pueden ayudar a la familia a afrontar de la forma más positiva posible la pérdida del perro.
Paso primero: llore
Las lágrimas expresan el dolor que se siente y le ayudarán a liberar, si lo necesita, la angustia interior que pueda sentir. Es normal que eche de menos a su mascota. Admitir el sufrimiento que pueda estar experimentando es un paso esencial para afrontar la pérdida de su amigo.
Paso dos: no se culpe por la muerte del perro
No es extraño que los dueños que experimentan una pérdida traumática de su mascota, a causa de un accidente o enfermedad, puedan sentirse en parte culpables por creer que no han hecho todo lo que podían por su perro. La sensación de culpabilidad crece cuando el dueño considera que la muerte de su mascota se debe a un descuido suyo (como un atropello, que la mascota se extravíe, o por una equivocación a la hora de cuidar de su animal enfermo, por ejemplo).
Paso tres: la pena da paso a los buenos recuerdos
Que afloren estos sentimientos de culpa es normal, puesto que ha cuidado de su mascota durante muchos momentos.
Conviene darse cuenta de que estas sensaciones de responsabilidad forman parte del proceso que le ayudarán a superar de forma saludable el fallecimiento de su mascota. Con el tiempo, lo normal es que la culpa desaparezca, dejando paso a los recuerdos agradables vividos con su gran amigo.
En resumen:
- El impacto que causa la muerte del perro puede ser tan relevante como el que se siente cuando se pierde a un familiar: es normal sentirse triste.
- Sea paciente: el tiempo y el esfuerzo por recordar los buenos momentos compartidos con su mascota le ayudarán a reponerse.
- Recuerde que el dolor que produce la muerte de la mascota no solo puede ser intenso, sino que en ocasiones es, además, muy duradero.
- Una de cada tres personas reconoce haberse sentido apenada por la pérdida de su perro durante al menos seis meses tras su fallecimiento.
- Dese la oportunidad de estar triste, y de manifestarlo con su familia y amigos de confianza: incluso llore, si lo necesita.
- No olvide que la sensación de culpabilidad es normal: forma parte del proceso de superación del fallecimiento del perro.
Fuente: www.consumer.es