No te imaginás el poder que puede tener un pequeño gesto de amor. Quizás jamás lo has hecho, puede ser que te resulte naif, pero memorizar un poema y recitárselo a una persona que amás puede propiciar un momento único de pasión, cariño y amor. Hacé la prueba. Cambiar el chip es estar mejor por dentro.
Te dejamos algunos poemas cortitos para que te vayas animando.
Gustavo Adolfo Bécquer – “Rima XXIII”
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso… ¡Yo no sé
qué te diera por un beso!
Octavio Paz – “Dos cuerpos”
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.
Luis Cernuda – “Contigo”
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
Podés encontrar muchísimos navegando por internet o en las librerías públicas de tu barrio. No hay excusas, sólo es animarse. Más romanticismo y menos whatsapp.