Artrosis: ¿Qué es y cómo aliviar el dolor?

La artrosis es la enfermedad articular más frecuente en nuestro país. Consiste en un desgaste del cartílago articular que puede ser progresivo, y no afecta únicamente a personas mayores, sino que cualquiera puede padecerla.

La artrosis se produce por la degeneración y el desgaste del cartílago de la articulación. Éste pierde consistencia y elasticidad, y su superficie se va agrietando y erosionando progresivamente. La erosión del cartílago ocasiona una disminución paulatina en su grosor, pudiendo incluso llegar a desaparecer por completo con el paso del tiempo. Con su desaparición se pierde la función de protección que posee el cartílago y quedan expuestos los extremos de los huesos, rozándose entre sí. Según se va produciendo la pérdida del cartílago, el hueso que se encuentra por debajo también se ve afectado y reacciona. El hueso lesionado responde haciéndose más denso, surgiendo “quistes” dentro el hueso. Por otro lado, también se forma un nuevo hueso que crece por los bordes de la articulación, a modo de picos, los cuales reciben el nombre de osteofitos.

Las articulaciones más afectadas son las de las manos, las rodillas, las caderas y la columna vertebral. Si bien cualquiera puede padecerla, la artrosis aumenta su frecuencia con la edad, y es más común en la mujer y en personas genéticamente predispuestas. Sin embargo, aunque el panorama parezca oscuro, es posible evitar su aparición y progresión.

A continuación, te brindamos algunos consejos que te pueden ayudar a evitar el desgaste de tus articulaciones o a aliviar el dolor de la artrosis, si es que ya padecés las molestias de la misma.

1. Mantené un peso corporal correcto
La obesidad es una de las causas de la enfermedad, y además hace que progrese más rápidamente. Por lo que se recomienda seguir una dieta baja en calorías.
2. Colocá calor y frío sobre la articulación para aliviar el dolor
En general, el calor es más beneficioso en la artrosis. Se puede aplicar de forma casera, con almohadilla eléctrica o una bolsa de agua caliente colocada sobre la articulación dolorosa. Alivian el dolor y relajan la musculatura. En ocasiones, la articulación artrósica puede tener un intenso brote inflamatorio y, en esas ocasiones, es útil aplicar frío local mediante bolsas de hielo o baños fríos.
3. Recurrí a la medicación adecuada
Se dispone de muchos tipos de medicamentos que pueden ser beneficiosos en esta enfermedad. Existen analgésicos, antinflamatorios, geles y cremas, infiltraciones locales y fármacos que pueden evitar la progresión de la artrosis. Sin embargo, debe ser tu médico o reumatólogo el que decida, en cada momento de la evolución, cual es el adecuado. No te automediques.
4. Mejorá tus hábitos posturales
Conviene dormir en una cama plana. Evitá sentarte en sillones o sofás hundidos, y usá sillas con respaldo recto, donde tus caderas y tus rodillas mantengan una posición natural, y tus pies estén en contacto con el suelo.
5. Nunca dejes de hacer ejercicio
El ejercicio protege la articulación y aumenta la fuerza de nuestros músculos. Disminuir al máximo la movilidad, hace que la persona artrósica se convierta en dependiente de los demás. Es bueno caminar, ir en bicicleta y practicar natación, pero los deportes de contacto o de gran sobrecarga física son menos recomendables. Existen también ejercicios específicos para cada articulación, pedí consejo a tu médico o reumatólogo para realizarlos diariamente.
6. Evitá sobrecargar las articulaciones
No cargues con pesos excesivos, procurá no caminar por terrenos irregulares y no estar de pie excesivamente sin descansar. Usá un carrito para llevar las compras.
7. Utilizá el calzado adecuado
Conviene usar un calzado de suela gruesa que absorba la fuerza del impacto del pie contra el suelo al caminar. Esto también puede conseguirse con plantillas o taloneras de silicona, que se colocan dentro del zapato. No uses zapatos con taco excesivo. Es preferible emplear zapato plano o con un taco pequeño.

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