La manera más segura de evitar el cáncer de mama es mediante la detección temprana, para recibir un tratamiento adecuado. Veamos de qué hablamos cuando hablamos de detección temprana.
Cuando se detecta a tiempo, el cáncer de mamas tiene un pronóstico muy positivo y es mucho más fácil obtener buenos resultados. Las pruebas de detección son hoy el mejor instrumento de prevención.
Se trata de exámenes específicos para encontrarlo antes de que empiece a causar síntomas o que sea más evidente, lo cual es indicador de que la enfermedad está algo más avanzada.
Guía para la detección temprana de cáncer de mama
La Sociedad Americana Contra El Cáncer elaboró una guía muy completa con recomendaciones para la detección del cáncer de mama. Entre ellas se indican las siguientes:
- Mamografía anual opcional a partir de los 40 años y hasta los 44.
- A partir de los 45 años hasta los 54, las mujeres deben someterse a una mamografía cada año.
- A partir de los 55 años, pueden espaciar este estudio cada 2 años, aunque siempre es recomendable seguir haciéndoselos anualmente.
Otros exámenes
Existe también lo que se llama examen clínico de mamas en el que un médico especialista palpa las mamas y las axilas en busca de bultos o cambios inusuales. Es una rutina que también pueden hacer las propias mujeres en sus casas, en cuyo caso se llama autoexamen de mamas.
Si bien esto no garantiza la detección correcta de un posible cáncer, hacerlo con frecuencia ayuda a familiarizarse más con las formas y texturas de las mamas y poder notar más fácilmente si hay cambios o anomalías en ellas.
Es importante aclarar que todos estos exámenes preventivos no funcionan por separado sino como complementos de un plan integral de detección que debe ser supervisado y controlado anualmente por un médico especialista.
Fuente consultada: https://www.cancer.org/ y https://medlineplus.gov/