Charlá en la mesa

charlar en la mesa

Estos son algunos beneficios de mantener conversaciones cara a cara, lejos del whatsapp. Date el tiempo y propicia este tipo de encuentros cuando estés por compartir una comida con quienes convivís a diario.

1) Tenemos contacto físico: Porque sí, hoy se puede hablar desde cualquier parte, pero verse también implica tocarse. Está comprobado que todos necesitamos contacto físico para sentirnos bien. El contacto físico activa una serie de mecanismos fisiológicos, que contribuyen a nuestro bienestar emocional. Disminuye la producción de cortisol (hormona relacionada con el estrés), aumenta la producción de oxitocina (hormona relacionada con el afecto), aumenta los niveles de serotonina (produciendo un efecto relajante), disminuye la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, y fortalece el sistema inmune. Desde lo emocional hay veces que no necesitamos escuchar nada y que sólo con un abrazo nos reconfortamos.

2) Conseguimos desvelar más información “no verbal”: La conducta no verbal resulta fundamental para conseguir una comunicación plena, porque la mayor parte de la información emocional no se transmite de forma consciente a través de las palabras, sino de manera inconsciente a través de lenguaje no verbal. Si bien a través de un mensaje de texto esa persona nos puede decir que está bien, en persona su tono de voz y la expresión de su cara, pueden afirmar lo contrario, algo que sólo podremos descifrar si estamos cara a cara.

3) Prestamos más atención al otro: Hablar por redes permite hablar con varias personas a la vez, e incluso hacerlo mientras se trabaja. Eso está bien a veces, pero está claro que si estamos en modo “multifunción” no estamos prestando la misma atención a la otra persona. Ni esa persona a nosotros, lo que puede pasar factura cuando intentamos hablar de algo que nos parece importante. Al estar frente a otra persona nos centramos más en la conversación que estamos manteniendo, evitamos distracciones y mejoramos la escucha activa.

4) Perdemos el factor de la “primera impresión”: Ver a la otra persona, aunque no nos hable, ya nos está dando una información extra. Para empezar de su apariencia, ya que esa primera impresión nada más vernos nos puede aportar algunas ideas. La apariencia continúa siendo uno de los canales más influyentes de la comunicación, a pesar de los avances sociales y del esfuerzo normativo en la lucha por la igualdad. El aspecto de una persona nos habla de su edad, sexo, origen, cultura, profesión, o condición social y económica, entre otros muchos datos.

5) Se evitan conflictos innecesarios: Ciertas conversaciones requieren tener a la otra persona delante, ya que la comunicación sólo textual pierde matices, que a veces puede llevar a malas interpretaciones. En este sentido, dejar los temas importantes para hablarlos en persona puede ayudar a evitar muchos conflictos cotidianos, que tienen su origen, precisamente, en una comunicación deficiente.

6) Creamos momentos y salimos de nuestra rutina: Verse con los amigos no sólo incluye gozar de su conversación, sino dedicar un tiempo a la vida social, salir de la rutina, hacer una actividad diferente, en un lugar que nos guste, con música que anime la conversación, etc. En definitiva, verse y no chatearse, ayuda a “tener momentos”. El entorno ayuda a crear momentos con personas importantes para nosotros, y buscar un entorno agradable para ello puede servirnos para oxigenarnos de la rutina, o como una dosis de respiro mental.

7) Fortalecemos nuestros vínculos: Se ha demostrado que el contacto persona a persona crea lazos que ayudan a entablar vínculos afectivos y de seguridad entre los individuos, tanto a nivel personal como laboral. La clave es que se empatiza más con otra persona cuando la vemos y la tenemos en frente. Tener una charla cara a cara no sólo funciona mejor con los amigos, sino también en las entrevistas o reuniones de trabajo, ya que cara a cara siempre será más fácil ponerse de acuerdo.

8) Mejoramos nuestra capacidad de persuasión: Algunos estudios evidencian que las personas más influyentes y persuasivas tienen una gran consciencia del lenguaje corporal propio y ajeno, al margen del campo profesional en el que hayan triunfado. De esta forma, se entiende que a la hora de querer convencer con nuestros argumentos, no sólo sirve el escribirlos de forma clara y directa, sino que en persona contamos con herramientas añadidas como el lenguaje corporal, que serán factores claves para hacernos entender, o para conseguir convencer a la otra persona.

9) Fomentamos nuestras habilidades comunicativas: Muchas personas, sobre todo jóvenes, olvidan la conversación cara a cara. Se acostumbran a hablar escondidos tras un aparato, sintiéndose seguros, protegidos y expresando con mayor facilidad su forma de ser y pensar. Todo eso supone que estos jóvenes suelen presentar, a medida que pasan los años, déficit en habilidades sociales y problemas de comunicación. No sólo de cara a expresarse en público, lo que puede influir en el entorno laboral, sino también a un nivel afectivo e incluso de pareja, por lo que fomentar el contacto directo, ayuda sin duda al crecimiento personal.

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